Decepción

Pues llevo un disgusto encima que ni te cuento, oyes.

Éramos amigos, pero mira, qué cosas tiene la vida, no le gusta la gente de la que me rodeo. Que no le he hecho nada, me dice, pero no quiere verme codearme con ellos, y que le da igual si somos amigos o no (los otros, no él), pero nada, que no quiere verlo.

Ha forzado el unfollow. Lo mismo me ha silenciado. Pues bien por él.

Le seguía considerando un amigo, aunque le concedo todo el derecho de no querer ver ciertas cosas.

Que si con lo que me han hecho, que si con lo que nos han hecho a varios…

Y ya le dije que ellos ni nadie van a decidir con quién puedo o no hablar, de quién puedo o no rodearme, que es un poder que no le voy a conceder a nadie, que en mi cuenta mando yo y solo yo.

Al final me bloqueará, lo veo venir, pero ¿sabes qué?, no, no voy a decir que me da igual porque me duele, y mucho, pero ya está bien, estoy harta de ser el felpudo de los demás, el bufón adecuado para cada ocasión, la mascota perfecta.

La vida, mi vida, ya es lo bastante jodida ahí fuera como para preocuparme tanto por lo que pasa aquí dentro.

Detrás de cada cuenta hay una persona, incluso cuando se trata de un CM, y a mí me interesan las personas, no las cuentas, y de todo el mundo se aprende algo, aunque solo sea cómo no quieres ser, cómo no quieres hacer las cosas.

Me vuelve a la cabeza aquella reflexión que hice sobre que no me gusta que me odien y me reafirmo, no lo llevo bien, pero oyes, ni las croquetas gustan a todo el mundo, así que allá cada cual, ya se apañará, pero no va a elegir mis compañías.

Eso sí, en este caso, la decepción y la tristeza son mías.

 

@Trying_Mom

Comentarios

  1. Escribes muy bien, mamá molesta. ¿Para cuándo un libro?

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    1. ¡Ay, Ricardo, qué cosas me dices!
      Muchas gracias, eres muy amable, pero escribir bien es lo que tú haces.

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