Café
Ansia viva por tomarme un café, calentito, fuerte.
Preparo la cafetera con el merecido esmero, la cantidad justa de agua, la cantidad perfecta de café.
Mientras la cafetera va haciendo su trabajo voy preparando mi taza, mi cucharilla, incluso el azúcar; todo controlado.
Preparo mi entorno perfecto para disfrutarlo, ya casi lo voy saboreando mientras enciendo el pc, la barra de sonido, el cenicero, el posavasos, en fin, todo.
¡Ya huelo el café! Vuelvo a la cocina y me lo sirvo. No doy saltos de alegría para no derramarlo.
Mmmm... café... vuelvo a mi rinconcito, me acomodo dispuesta a disfrutarlo. Me enciendo un cigarrito mientas se templa un poco. Alargo mi mano hacia el posavasos y me digo a mí misma:
—Muy bien, bonica, ahora levántate y vete a por el café que te has dejado en la cocina.
That's my life.
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