Manuela, de Juan Alfonso Belmontes
Cuando eres devoradora de libros los enlazas uno tras otro. Cuando, además, eres un poco rarita como yo, lees varios a la vez en función del estado de ánimo en que te encuentras cuando te dispones a leer.
Cuando Manuela, de Juan Alfonso Belmontes, cae en tus manos, cómo lo diría... te invade la magia, te rodea, te absorbe y no quieres que te suelte. No lo devoras, lo saboreas, lo alargas al máximo porque necesitas quedarte a vivir ahí.
Manuela es una niña especial. Sí, ya sé, todos los niños son especiales, pero Manuela es... más especial.
Tiene una manera peculiar de ver el mundo. Y cuando digo «mundo» quiero decir cada pequeña cosas que ve.
Cada persona, animal o cosa. Todo lo mira, todo lo ve, todo lo observa y, sobre todo, todo lo entiende.
Porque todo tiene una vida que Manuela percibe, aprecia y valora.
Y cada vida merece ser salvada o, cuando menos, aliviada. No en vano la llaman Salvanáufragos.
Pero yo no soy capaz de transmitiros todo esto como debe ser. Sería injusto para Manuela. Dejad que Juan Alfonso Belmontes os lo cuente porque lo hace muy bien. Mejor que bien. De maravilla.
No puedo dejarlo aquí, no puedo cerrar esta no reseña sin informaros del alter ego de este maravilloso autor, @cuentofurtivo, que, como él mismo nos dice, caza cuentos al acecho, y nos regala su inagotable magia de una manera sublime.
Comentarios
Publicar un comentario