Mi dolor pasará
Te avisé de que ibas a estrellarte si seguías haciendo así las cosas.
No quise ir en tu barco porque me diste el timón, pero me marcaste una ruta férrea de cara a un iceberg.
Sentí un pellizco en el corazón cuando te propuse cambiar de travesía, pero tu orgullo te impidió atender a razones. Preferiste tenderme el puente para que desembarcara.
Y ahí vas, con rumbo fijo.
No te guardo rencor, te comprendo.
Ojalá me equivoque, espero que las corrientes te sean favorables y se lleven el muro de hielo contra el que vas.
Sigo siendo la misma persona, pienso y siento lo mismo, pero, por lo visto, he dejado de ser digna no sólo de tu aprecio, también de tu más mínima consideración.
¿Sabes qué? Me importa una mierda. Mi dolor pasará. ¿Y el tuyo?
Foto de Daria Shevtsova en Pexels
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