He conocido a un rubio
He conocido a un rubio.
Estaba sucio, se notaba que había estado trabajando en el campo, removiendo tierra y cuidando de las gallinas que tenía alrededor.
Paseaba altivo por delante de mí dejándose ver, casi diría que posaba para mí. Se hacía el interesante, pero me miraba de reojo desde el otro lado de la valla. Supongo que a él le llamó la atención la urbanita que lo miraba a través de la cámara del móvil.
Porque sí, claro, tuve que hacerle fotos a su porte imponente y sus músculos marcados.
Llevaba el pelo suelto y algo enmarañado, pero me importó tan poco como que estuviera un tanto salpicado de barro.
No me importaba nada. En ese momento solo deseaba cabalgarlo, sentir su dureza entre mis piernas, enredar las manos entre su larga melena, permitirle llevarme adonde quisiera y dejar que el sol bañara mi piel como estaba haciendo con la suya.
Foto: @Trying_Mom |
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